Hace un día despejado,
brilla el sol y no hay nubes
pero yo, ¡lo veo lúgubre!
Cierro la puerta, las ventanas,
las cortinas, las persianas,
me siento en la cama
hoy estoy enfadada.
Aparece una rubia de pelo graso
cruzando el salón a grandes pasos
con su camisón rosa
y su muñeca espantosa.
Es Mara, mi hermana,
la más malvada y malcriada.
-Queridos papis,
os he hecho crêpes gratis.
Para mamá con limón,
para papá con jamón
para mí con nata
y para Carla … sin nada.
-¡Papá, dile algo ya!
¡Que me ha dejado sin desayunar!
-Mara ha sido muy amable
por prepararnos este desayuno
tan agradable.
Tómate el crêpe tal cual
y evitarás engordar.
¿No os parece que mi hermana
Es irritante, mala y pesada?
Es amable cuando están ellos
y cuando estoy sola,
me tira del pelo.
Es lo peor, ser la hermana mayor,
los hermanos pequeños, son un tostón.
-¡¿Quién ha roto la tableta?!
¡Carla, ven aquí, pequeña!
Oh, no, ayer la rompí yo
con mis amigos del golf.
Pero antes de que pueda hablar
¡Mara ha ido sin dudar!
Seguro que se va a chivar…
-Mami, la rompí yo ayer,
con mis amigas de ajedrez.
-¡Mara, ya estoy harta!
Mañana te quedas sin tarta.
Han castigado a mi hermana
sin que haya hecho nada
¡estoy alucinada!
La verdad es que…
en el fondo de mi corazón,
¡la quiero un montón!