-Manos en Nochebuena-
Si hay una cosa que me pone histérica en las cenas familiares son las manos. Sé que es muy raro, pero es que no puedo con ello. Tanto al moverlas para expresarse, como al coger una copa de vino. Estas extremidades se mueven por la mesa como si fueran hormigas, pero no trabajan, tan solo estorban. Mis manos las utilizo para lo estrictamente necesario, para nada más. Pero parece que en esta casa no siguen mi ejemplo. En la cena ya se han caído dos copas de agua y a punto ha estado de caerse el salero y la ensalada. Y todo por culpa de las malditas manos.